lunes, 9 de junio de 2014

Apaga la tele

No es fácil si tienes el hábito desde hace tiempo. La tele llena inmensos huecos que nos libran de encontrarnos con nuestras conciencias y que empiecen a preguntar más de la cuenta


Está pensada para encandilar al subconsciente con onirismos perfectamente estudiados para manipular y crear necesidades que impulsen a consumir

Las noticias falsean la realidad, ya que elevan al rango de cotidiano y habitual, acontecimientos que no lo son y dejan de lado la gran parte de lo que sucede, tanto por intereses como por la imposibilidad de contar todo lo que acontece

Apagar la tele no es no volverla a encender. Un consumo consciente, medido y con contenidos de calidad seguramente sea positivo. El problema está en el abuso y sobre todo en los contenidos. Calidad y televisión gratuita son conceptos muy dispares, si por calidad entendemos un enfoque hacia el crecimiento personal

Apagar la tele es no conformarse con lo que ellos quieran ponerte a la hora que les apetece. Significa encender el ordenador, o conectar la tele a Internet, para ser tú el creador de la programación, el que elige los horarios y contenidos. Significa disponer de dos o tres horas más al día, de calma, de espacio y de silencio para poder mirarte al espejo, sin sentir la necesidad de huir

Apága la tele y enciénde tu vida


Minimalismo

El minimalismo, además de una moda parece ser una forma de vida similar a la austeridad elegida. A pesar de que el minimalista puede amar lo simple y a la vez tener refinados y caros gustos, el minimalismo está por encima; en él prima la calidad sobre la cantidad



Si trasciende nuestra personalidad, sentiremos el poder de tener todo lo necesario, sin lastres, con el horizonte claro

En un espacio minimalista, no son los muebles u ornamentos los que destacan. Los protagonistas son la luz, el espacio, la uniformidad, geometría y reducción a la mínima expresión de objetos inservibles u ornamentales. Si puede recrearse en nuestro interior y reflejarse en el exterior, estaremos en el buen camino. Diferente para cada cual, pero que de momento se ve limpio de obstáculos, con las líneas bien definidas y siempre buscando la luz


A mí, me ha resultado más fácil empezar a aplicar el minimalismo en mi casa, deshaciéndome de todo aquello que guardaba desde años atrás, por si algún día, ropa antigua que nunca me pondré, libros técnicos desfasados, ornamentos acumuladores de polvo. Deshacerse de todo eso es una liberación, una ruptura con el pasado, espacio recuperado, más fácil de limpiar y mantener. Más agradable para la vista y apaciguador


Si la vida es viaje, el equipaje ha de ser el imprescindible para no perturbar dicho viaje



jueves, 5 de junio de 2014

Lo efectivo ha de ser simple

La austeridad parece ser un bien superior y transversal a distintas realidades
Mi primera toma de conciencia sobre esta idea, aunque inconsciente aún, vino a partir de la ruptura de mi pareja y consiguiente pérdida de mi hijo en el día a día. Ahora solo lo disfruto los fines de semana. La soledad me ayudó a encontrar un tiempo y espacio que aparecía lleno de restos, trastos, conceptos y hábitos que no me hacían feliz


En principio, para no pensar demasiado en la ruptura y en mi hijo, y para no sentirme tan solo, tenía la tele siempre en marcha; no importaba lo que estuviesen emitiendo, el caso era tener voces humanas cerca. En ese desorden físico, mental y espiritual estaba mi casa, la que había que mantener, limpiar, cuidar, mejorar y también y sobre todo, disfrutar. A ello había que sumar la alimentación y algún que otro detalle del vivir solo
Se imponía un cambio de rumbo, el camino emprendido solo llevaba a la inestabilidad entendida como se quiera. Fué entonces, cuando buscando buscando, encontré el sistema GTD y empecé a aplicarlo a mi vida. Primeramente en el trabajo y luego en todo lo demás. Ahí tuve la primera fuerte impresión de que el GTD era imponente por su sencillez, a la vez que permitía llevar la más complicada de las agendas

Dicho de otra manera, lo efectivo no puede ser complicado, enrevesado, pesado y desagradable
Lo efectivo ha de ser simple

domingo, 1 de junio de 2014

La Austeridad


Este blog nace como bitácora de un camino cuyo destino es la felicidad moderada, si es que existe alguna otra


Aunque a veces pueda parecer lo contrario, no soy nadie y nada que venga de mí pretende ser una verdad absoluta. No soy maestro que quiera dar lecciones. Solo quiero dejar reflexiones en el aire y contar lo que a mí me ha servido para evolucionar, que no tiene por qué servirte a ti

Por otra parte, me encantaría enriquecer mis entradas con enlaces de interés que me han impresionado, pero la actual legislación y la que se avecina parecen no estar muy conformes con mis gustos. Lamento no poder documentar mis entradas

La austeridad no solo está en el título del blog; quiere estar en cada rincón del mismo y de toda idea que transmita

Cada párrafo que escribo, lo leo y releo en busca de palabras que sobran, de ideas que no comunican adecuadamente, de opiniones sobrantes que nada aportan. Busco la condensación simple. Que cada palabra sea esencial, sencilla, corta y difícilmente reemplazable

Persigo este ideal porque las palabras sirven para separarnos de la esencia de lo que definen. Definir es mutilar injustamente un objeto o idea despojándolo de las particularidades que lo hacen único y completo

Por lo tanto, transmitir una idea con pocas y simples palabras es acercarse a ese imposible de la sabiduría como intuición. Sabiduría es una palabra aparentemente ostentosa, pero viene de saborear... Saborear la vida como intuición

La austeridad de la que hablamos, no es pobreza impuesta por las circunstancias; no es carencia de palabras o colores en la vida o en estos textos. Sí es, tener las dos manos libres y el horizonte limpio para poder ver lo lejano. Es una elección que persigue otra vez la misma idea

Acercarse a la sabiduría sin palabras